Vivir con respeto

14/07/2022

Ser auténtico no es hacer lo que quieres, sino lo que debes

Uno de los espacios periodísticos que más me gusta leer es "La Contra" de La Vanguardia. Cada día van desfilando personajes interesantísimos, personas de esas que tienen encomendada la misión de dejar bien ubicada una nueva estrella en el firmamento.


El pasado abril, Lluís Amiguet entrevistó al filósofo Gilles Lipovetsky. El artículo me sacudió profundamente, porque dejó constancia de la mala interpretación generalizada de que una gran parte de la población tenemos sobre los derechos y libertades. Lipovestsky asegura que se ha tragiversado de mala forma una de las columnas vertebrales del sentido de la vida y la felicidad. Ser auténtico no quiere decir que puedes hacer lo que quieres apelando a la libertad, sino lo que corresponde hacer, con integridad en tu credo, pero al mismo tiempo con cuidado respecto a todas las sensibilidades de los que te rodean.


A menudo nos seduce la falsa idea de que la libertad va por delante de todo. ¡Qué importante es la libertad!, ¡por supuesto que sí! Pero no su mala interpretación: el libertinaje.


No puedo esconderme decir que no puedo soportar a las personas que pasean su ego y su opinión por encima de todo y de todos. No puedo soportar a aquellas personas que levantando la bandera de la libertad, pisan el derecho más fundamental de lo que tienen delante: el respeto.

Y en ese punto quiero hacer un puntual inciso a la mal interpretada y practicada "libertad de expresión". Me aterrorizan estos individuos que piensan que todo está permitido y suben a la espalda de quien les apetece sin vergüenza ni pudor.


Desde pequeños nos enseñan ciertas normas para convivir en sociedad que, a veces, restringen lo verdaderamente que somos. Esto no es necesariamente negativo. Es normal que necesitemos unas normas, que pueden condicionar nuestro "yo auténtico", pero que son absolutamente necesarias, porque no vivimos solos, y el respeto y cariño a los demás es el primer mandamiento social.

Juan Carlos Sasplugas i Vilagut, nació en Barcelona el 27 de agosto de 1958.  Se define como un espectador de la vida, que ha disfrutado literalmente de su trabajo desde el primer día que empezó a trabajar. Alguien lo presentó como un coleccionista de aforismos, que desnuda su alma tomando como punto de partida el conjunto de creencias que defiende. Y seguramente es así. Es el autor de La reflexión del día y Proyecto Felicidad, ambos publicados en Tarannà Edicions.