Una lección de economía

13/09/2022
Joan Carles Sasplugas i Vilagut

¡Ojo con los costes hundidos!

Hace unas semanas leí este artículo de Alejandro Nieto: "Warner Bros ha decidido cancelar la película Batgirl, una lección”.

 

Intuyo que no ha sido una decisión fácil, porque la productora llevaba ya gastados 90 millones de dólares en el proyecto y estaba casi terminado.

 

El estreno estaba previsto en HBO, y, por tanto, los costes de distribución no son importantes. Pero todavía quedan gastos pendientes de soportar, y la cancelación les permite recuperar parte de lo gastado por deducciones fiscales de ingresos previstos y no realizados.

 

Este caso nos da una gran lección. Hay unos cuantos conceptos fundamentales en economía que si se entendieran bien, mejorarían la vida en el día a día, y uno es el del coste hundido, un dinero gastado y que no se recuperará. Warner ha realizado cálculos. Ya ha gastado 90 millones de euros, pero si continúa con el proyecto, aunque la distribución sea barata, gastará más. Y si las previsiones dicen que no van a recuperar ese extra de gasto, lo mejor es cancelar el proyecto.

 

Muchas veces en nuestro día a día tenemos costes hundidos. Pero creemos que es una inversión. Vamos al cine y al empezar la película nos damos cuenta de que es muy mala. La decisión lógica es dejar de perder el tiempo e irnos, pero muchas veces nos quedamos porque ya se ha pagado la entrada y es necesario aprovechar esta inversión. Pues no, no era una inversión, era un gasto, un coste hundido. El dinero se ha perdido ya, independientemente de si nos quedamos hasta el final o nos vamos. ¿Quedarse maximizará la satisfacción? No. Lo mejor es irse.

 

Ante el mensaje de la intuición que indica que "he invertido mucho en esto y hay que seguir" hay que detenerse y pensar fríamente si realmente es una inversión. Una inversión implica un retorno futuro y ese retorno debe ser mayor que el gastado para tener sentido. Por tanto, debemos determinar si es una inversión o un coste hundido, y si es el segundo, dejarlo caer, se haya gastado lo que se haya gastado.

 

Joan Carlos Sasplugas i Vilagut, nació en Barcelona el 27 de agosto de 1958.  Se define como un espectador de la vida, que ha disfrutado literalmente de su trabajo desde el primer día que empezó a trabajar. Alguien lo presentó como un coleccionista de aforismos, que desnuda su alma tomando como punto de partida el conjunto de creencias que defiende. Y seguramente es así. Es el autor de La reflexión del día y Proyecto Felicidad, ambos publicados en Tarannà Edicions.