Que el mundo llore cuando mueras

Acabo de leer ese pedacito de carta que un padre le escribió a su hijo: "Cuando naciste, lloraste mientras el mundo se alegraba. Vive tu vida de modo que cuando mueras, el mundo llore mientras tú te alegras"

La idea es simple: si quieres que "el mundo llore cuando mueras", debes vivir una vida que valga la pena. ¿Cómo se logra? Para algunos significa acumular riquezas, poder y fama. Pero para la mayoría de las personas, se trata de algo mucho más profundo y significativo: vivir una vida llena de amor, amistad, aventura y propósito.

Esto significa que debemos hacer elecciones valientes, seguir nuestros sueños y ser fieles a nosotros mismos. Debemos amar profundamente a nuestras familias y amigos, ayudar a quienes lo necesiten y encontrar una manera de crear una diferencia positiva en el mundo. En otras palabras, es necesario vivir una vida que tenga un impacto duradero y positivo.

Pero esto no es fácil. Vivir una vida significativa requiere de coraje, determinación ya menudo sacrificio. Requiere que enfrentamos nuestros miedos, abrazamos la incertidumbre y aprendamos de nuestros errores. Pero al final del día, la recompensa es inmensa: una vida llena de sentido y propósito y la posibilidad de dejar un legado duradero.

Y cuando llega el momento de nuestra muerte, podemos mirar atrás con alegría y satisfacción, sabiendo que hemos vivido una vida que mereció la pena. Y aunque el mundo llorará nuestra partida, nosotros nos alegraremos sabiendo que hemos dejado nuestro propio pequeño rincón del mundo algo mejor de lo que encontramos.

Que "el mundo llore cuando mueras" es un recordatorio poderoso de que nuestras elecciones y acciones tienen consecuencias duraderas. Nos recuerda que debemos vivir con propósito, coraje y amor, y que debemos aprovechar cada momento de la vida que se nos ha dado. Porque al final, lo único que realmente importa es cómo hemos vivido y cómo hemos afectado a los demás.

Joan Carles Sasplugas

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