NO dejes entrar al viejo
Nadie envejece mientras tenga curiosidad
En un reciente encuentro, mi querido amigo Antonio, con una mirada intensa y llena de sabiduría, me depositó en las orejas una frase cargada de significado: "No dejes entrar al viejo".
Como preámbulo a la llegada de mis 65 primaveras, ese pronunciamiento, sutil pero contundente, invocaba una interpretación audaz y desafiante de la vejez, una que trasciende la senectud del cuerpo y abraza a la juventud perenne de la mente y el espíritu.
El inexorable tic-tac del reloj que explica nuestros años terrestres no es, en realidad, el verdadero señor de nuestro envejecimiento. La decrepitud no es más que un estado de ánimo, una retracción del espíritu, más que una degradación del organismo. "No dejes entrar al viejo" es una máxima que alienta a desafiar las supuestas limitaciones impuestas por el paso de los años, convirtiéndolas en muros invisibles que nos impiden abrazar la vida a su plenitud.
La fascinación de nuestra cultura por la juventud puede engendrar una visión errónea, un miedo infundado hacia los próximos años. Pero el acto de envejecer no debe ser temido, sino celebrado. Se trata de un viaje embriagador, complejo y saturado de matices que sólo puede apreciarse si lo abordamos con la actitud correcta. La vida no debería ser medida por el número de años que hemos vivido, sino por cómo los hemos vivido.
El desafío de no abrir la puerta al anciano que llevamos dentro puede parecer una odisea ardua, pero es, sin duda, un viaje que merece ser emprendido. Cada amanecer es un regalo, una invitación a nuevas experiencias y a continuar nuestro crecimiento personal. Lo esencial es recordar que, aunque los días en el calendario se acumulen, nuestro espíritu puede permanecer fresco y vigoroso. "No dejes entrar al viejo". Una máxima de Antonio que nos invita a cultivar, con diligencia y entusiasmo, la sabiduría y la vitalidad de la juventud eterna.
Samuel Ullman dijo, "Nadie envejece mientras tenga curiosidad". Así, cada día es una oportunidad para aprender una nueva lengua, sumergirse en un libro intrigante, hacer un nuevo amigo o cultivar una pasión inexplorada.
Joan Carles Sasplugas (agosto 2023)