Miedo y valentía
Valentía significa actuar a pesar de la dificultad
El miedo es una emoción clave y fundamental en nuestro equilibrio emocional y en nuestra supervivencia. Precisamos tener miedo a ciertas cosas por no lanzarnos a todo tipo de aventuras sin medida. Cualquier ser humano tiene temores en su vida, incluso los valientes y los triunfadores. La diferencia está en que los que triunfan saben gestionarlo.
Hay varios tipos de miedo. Los que suceden, como envejecer, o los cambios repentinos. Los subjetivos, creados por nuestra propia narración de las cosas, como el miedo al fracaso. El temor generalizado, entre ellos los cuatro grandes miedos del ser humano, a la vida, la muerte, la enfermedad y el desempleo. Podemos llegar incluso a sentir la indefensión aprendida, creer que el control de nuestra vida no está en nuestra mano, por lo que nos rendimos sin siquiera luchar.
El miedo nunca desaparecerá, todo el mundo lo tiene. La única forma de librarse es enfrentarla. Vencer el miedo es menos doloroso que convivir con el sentimiento de impotencia, de no encarar lo que tememos. Es cierto que mucha de nuestra educación está basada en el miedo: "¡cuidado!", "ten cuidado" o "¿de verdad vas a hacer esto?". Son frases que hemos oído o dicho todos alguna vez. El miedo es "nopuedista", ¡tú no puedes!, y eso, a lo sumo, nos ayuda a no ser perdedores, pero nunca nos impulsa a ser ganadores.
Hace poco leí que una señora recibió la noticia de cáncer de mama. Convocó a sus amigos y familiares más cercanos para simplemente informarles. A partir de ese momento, cada sesión de quimioterapia enviaba una foto a la red de amigos. En una mano indicaba el número de sesión que acaba de pasar y en la otra la señal de victoria. Y así hasta la última. Al cabo de un tiempo, ya recuperada, corrió un maratón porque necesitaba saber que era capaz de hacerlo. Esto es ser valiente.
La valentía siempre nos pone en acción. Es una fortaleza del carácter que nos permite soportar el esfuerzo, el cansancio y el desánimo hasta alcanzar el objetivo. Significa actuar a pesar de la dificultad.
Joan Carlos Sasplugas i Vilagut, nació en Barcelona el 27 de agosto de 1958. Se define como un espectador de la vida, que ha disfrutado literalmente de su trabajo desde el primer día que empezó a trabajar. Alguien lo presentó como un coleccionista de aforismos, que desnuda su alma tomando como punto de partida el conjunto de creencias que defiende. Y seguramente es así. Es el autor de La reflexión del día y Proyecto Felicidad, ambos publicados en Tarannà Edicions.