Cuando las nubes piensan por ti

09/06/2025
Joan Carles Sasplugas

Pensamiento, te reconozco pero no te necesito

Hay días en que los pensamientos se empeñan en oscurecernos el alma como si fueran nubes bajas, de esas que no dejan pasar la luz ni siquiera entre los pliegues de la mirada. Nos asaltan de repente, con un empeño que roza la crueldad, y nos arrastran hacia espirales que no hemos elegido. Y, sin embargo, ¡qué fuerza tienen para hacernos creer que somos lo que pensamos!

El maestro zen Shunryu Suzuki escribía: “Deja que los pensamientos vengan y vayan, pero no te montes en ninguno”. Esta idea, tan simple como revolucionaria, nos invita a recuperar el lugar que nos corresponde: el espacio desde el que observamos, y no el que se pierde en el remolino. No hace falta luchar contra el pensamiento, sino ofrecerle un asiento desde el que se pueda marchar tan suavemente como ha llegado.

Hay una tendencia a identificarnos con nuestra mente, a creer que cada pensamiento que nos visita es un fiel reflejo de lo que somos. Pero no somos los pensamientos. Somos el silencio que les observa, la conciencia que les atraviesa. Y cuando somos capaces de recordarlo, empezamos a recuperar la libertad interior.

Epicteto decía: “Las cosas no nos afectan por sí mismas, sino por la interpretación que hacemos”. Cuando un pensamiento negativo nos encadena, no es su presencia lo que nos encarcela, sino la credibilidad que le otorgamos. Podemos mirarle a los ojos y decirle, con la calma serena de quienes han aprendido a estar presentes: “Te reconozco, pero no te necesito”.

Quizá la clave sea volver al presente, ese refugio sencillo y precioso donde no hay juicios, sólo vida. Escuchar el canto de un pájaro, oír la textura de la propia respiración o contemplar la danza de una hoja en el aire. Es en estos pequeños gestos que la conciencia se despierta y nos recuerda que somos inmensos.

Los pensamientos son como nubes, sí. Algunos amenazadores, otros sólo transitando. Pero debajo de ellos está siempre el cielo -amplio, abierto e iluminado- que somos nosotros.

Joan Carles Sasplugas