CHIPPIE
Tenemos la capacidad de liberarnos de nuestras cadenas
Chippie, un alegre pájaro de vivos colores, vivió un día fatídico cuando su propietaria, en un intento de limpiar su jaula, le chupó accidentalmente con una aspiradora. Sobrevivió, aunque conmocionado y cubierto de polvo, fue sometido a un remojo frío y un intenso secado. Tras la experiencia, Chippie nunca volvió a cantar como antes.
A primera vista, la historia de Chippie parece triste, incluso devastadora. Pero si profundizamos un poco, la vivencia del pequeño pájaro presenta una valiosa lección sobre la vida, la superación personal y la resistencia frente a las adversidades.
El pasado de cada persona está lleno de eventos que han dejado huella en su vida. Estas huellas pueden ser cicatrices de pérdidas inmensurables, enfermedades debilitantes o incluso horribles abusos. Cada uno de estos eventos puede parecer un golpe demoledor, el final de una canción que fue dulce y alegre.
El pasado tiene la potencialidad de oscurecer nuestro presente y futuro si le permitimos hacerlo. Sin embargo, existe otra manera de ver estas experiencias desafiantes, que es considerarlas como lecciones y oportunidades para el crecimiento personal. En lugar de permitir que el pasado controle nuestra vida, podemos aprender, redefinirnos a nosotros mismos ya nuestra relación con estas experiencias.
No importa lo oscuro que fue el pasado, cada persona tiene la capacidad de liberarse de sus cadenas. No importa si el canto ha cambiado o si ya no suena como era. Lo importante es que la melodía continúe. Porque el canto de cada individuo, da igual cuánto se haya transformado, es una melodía de resiliencia, una prueba que se ha sobrevivido y se sigue avanzando.
Los seres humanos, como Chippie, podemos ser succionados por una aspiradora de eventos desafortunados. Podemos ser sumergidos en la realidad fría de nuestras circunstancias. Podemos ser soplados por los fuertes vientos del cambio. Pero no importa cuánto nos transformen estas experiencias, la capacidad de seguir adelante, de seguir cantando nuestra canción, sigue viva.
Joan Carles Sasplugas